El PRP es un producto que se obtiene mediante el centrifugado de la propia sangre del paciente (material biológico autólogo) para conseguir así una gran concentración de plaquetas.
En el caso de la Medicina Estética, se aplica con micropunciones en las zonas del rostro y cuerpo con mayor flacidez, ayudando en la estimulación de la producción de colágeno, elastina y tejido de la epidermis.
El plasma rico en plaquetas es un tratamiento estético que persigue el rejuvenecimiento de la piel del rostro, sobre todo en el entrecejo, en las patas de gallo y en la zona situada entre la nariz y los labios, así como cuello y escote.
Actualmente, la bioestimulación plaquetaria también se utiliza para otros tratamientos, como la corrección de las estrías (puesto que al utilizar plasma del propio paciente no existe ningún riesgo de rechazo a la sustancia y se garantiza un buen resultado), la degeneración de articulaciones, quemaduras o pérdidas de piel después de cirugías y heridas abiertas por úlceras, entre otros muchos usos dentro de la Medicina.